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Honrar la vida.

  • Foto del escritor: YMA Yoga Master
    YMA Yoga Master
  • 29 abr 2022
  • 2 Min. de lectura

La vida, el regalo más preciado, cuando toque regresar a casa, hacerlo sin miedo y con dignidad.


Desde que era un joven de 13 años, qué fue cuando mi padre falleció debido a un accidente de carretera, pues él y sus amigos viajaban alcoholizados, ese dolor que me desgarro el corazón y el alma por pérdida, me llevó a revelarme y querer adentrarme también en el mundo de los vicios, pero afortunadamente fui rescatado muy a tiempo y no tuve ni oportunidad de tomar jamás un sorbo de alcohol, ni de ponerme un tabaco en la boca, pues me adentre en el mundo de las artes marciales, el YOGA y disciplinas de superación personal, con tal pasión, que jamás tuve la necesidad de alcoholizarme y hasta este momento casi a mis 50 años de edad, no conozco el sabor del alcohol, ni tampoco sé de ponerme un tabaco o estimulantes, pues mi único estimulante para mantenerme feliz, para mantenerme en la adrenalina de la vida, en el contento del diario y cotidiano vivir, es mi práctica de disciplinas, cuando me paro de cabeza (postura de YOGA), cuando estiró mi cuerpo, cuando respiro profundo, siento la dicha profunda, no sé cuál sea la necesidad o la razón por la cual alguien se alcoholiza.


En una ocasión un familiar cercano me dijo que necesitaba alcoholizarse para sentirse feliz, pues esa alegría hacía que pudiera expresarse tal cual era, de otra manera se sentía tímido y temeroso, mi hermano estuvo adentrado en la profundidad de las drogas, en la oscuridad y cuando en una ocasión fui a visitarlo en el barrio bravo en la Ciudad de México, estaba totalmente drogado, lo abracé y le pregunté, solo dime por qué te drogas y no quieres seguir el camino que a mí me salvó y él me contestó, porque no sabes el dolor que tengo y además es mi vida.


Pero afortunadamente reflexiono a tiempo y salió de ese mundo, yo solamente lo abracé y lo escuché como aún sigo haciéndolo y ahora es una persona saludable.

Es posible que el dolor, la inseguridad, los miedos, lleven a la necesidad de los estimulantes, pero yo también he sufrido, he tenido dolores y miedos, siempre me he refugiado en la disciplina, en la respiración, veo con tristeza en las noticias, jóvenes adentrándose en peligros, bajo los estímulos del alcohol o de la droga, pero no únicamente jóvenes también adultos y a veces hasta niños con una necesidad de estimulantes externos para sentirse valientes o seguros.


Mi mensaje y aportación es, que no necesitas de estimulantes dañinos para sentirte feliz, pues la felicidad es una virtud del alma, no necesitas de grandes amigos para sentirte feliz o de grandes compañías, pues el mejor amigo que tienes y tu mejor compañía eres tú mismo.


Cuando logremos entender eso, viviremos en una felicidad y una paz profunda, que por fin nos sentiremos libres.


Vive sin drogas y alcohol.


"Es mejor vivir despierto, la vida es breve, vivirla con evolución".




 
 
 

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